miércoles, 15 de julio de 2009

La gente tiene cicatrices de toda clase, como mapas secretos de sus historias personales.
La mayoría de nuestras viejas heridas se curan, dejándonos solamente una cicatriz. Pero algunas no se curan.
Algunas heridas pueden ir con nosotros a todas partes, el dolor aún perdura. Quizá nuestras viejas heridas nos enseñen algo. Nos recuerdan dónde hemos estado, y qué hemos superado. Nos enseñan lecciones de qué evitar en el futuro.
Eso es lo que nos gusta pensar pero no siempre es así ¿verdad?, algunas cosas tenemos que aprenderlas una, otra, y otra vez.

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