¿Miraste alguna vez, de frente la pasión y no le diste la vida?
Te hablaban de ambición y de la ingenuidad dejando tu alma partida.
Algún amigo habló y en vano se atrevió a despertar tu demencia.
Sana potencia que, no duda en revolcar si no alimenta inocencia.
Y el bucanero que existía en tu mente, se ahogó perdiendo su galeón.
Y aquella chispa que encendía tu sol, se extinguióse te bajó el telón.