
Son días de corazones rotos, de pesadillas que no terminan. Días de nostalgias, días en que las lágrimas empañan los ojos y amenazan con nublarnos la vista.
Durante estos días, las personas no saben que hacer, los asaltan las dudas y sin darse cuenta se encierran en sí mismos. Una ayuda muy importante en estos días son los lazos que nos unen a las otras personas. Quizá el lazo más fuerte lo represente la amistad. Es un lazo a la ves especial y maravilloso. Es esa fuerza que hace que aunque se prefiera estar en otro lugar, uno se quede firme acompañando al amigo. Es tan fuerte, que aunque los amigos estén a kilómetros de distancia, se comuniquen. La amistad es tan poderosa que no existen ningún tipo de horizontes o limites. No hay barrera de espacio o tiempo que los separe, y sus corazones siguen conectados porque cada uno adopta como propio un pedazito del alma del otro.
La amistad es lo que hace humanas a las personas. Es una clase de amor incondicional. Es tan puro el sentimiento, que no hace faltan las palabras porque con los silencios y las miradas todo se entiende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario